El presidente Donald Trump avanzó en la implementación de tarifas a las importaciones procedentes de Canadá y México en el marco del Programa de Emergencia Económica Internacional, buscando que grandes empresas vuelvan a producir en el territorio de EEUU.  En esa línea implementó aranceles a la importación del 25% para los productos provenientes de esos países. También incrementó en 10% (alcanzando un 20%) el arancel para las importaciones provenientes de China. Es importante destacar que estos tres países (México, Canadá y China) representan el 42% del valor total de las importaciones de EEUU. En el otro extremo, el 90% de las exportaciones de México tiene como destino EEUU. Lo propio ocurre con Canadá, lo que los posiciona como altamente dependientes del comercio con EEUU. No hay que perder de vista que unos de los principales instrumentos de política comercial, sino el más importante, del presidente Donald Trump en su anterior gestión fue la creación y el incremento de aranceles de importación. En línea con esta estrategia comercial, durante su campaña 2024 expresó su intención de imponer una tarifa general a las importaciones del 10% (sobre todos los productos importados). En esta estrategia de reducir las importaciones y atraer industrias nuevamente hacia el territorio de EEUU, fortaleciendo así las cadenas de valor, Europa no escapa a las medidas proteccionistas que el gobierno de EEUU está planteando, atento a que EEUU ve a la Unión Europea como un competidor más que como un socio. Al respecto, en febrero de este año y luego de semanas explicando su deseo de imponer aranceles a la UE, Trump habló por primera vez de un porcentaje del 25% a los productos que vengan de Europa. Una manera de dimensionar este incremento de aranceles, es tomar en consideración los actuales niveles tarifarios (promedios) de cada economía. La Unión Europea impone tarifas promedio del 5,2% sobre EEUU y China. EEUU por su parte registra tarifas promedio de 3,5% sobre las importaciones provenientes de la Unión Europea y de 3,6% para las importaciones de China, en tanto que China presenta aranceles promedio en el orden del 7,5% para las importaciones provenientes de EEUU y de la Unión Europea. De manera que la tarifa del 10% sobre todas las importaciones propuesta por el Presidente de EEUU prácticamente triplica la tasa promedio actual. Lo cierto es que se avizora claramente un panorama de guerras arancelarias entre las principales economías del mundo y entre EEUU y sus vecinos México y Canadá. Recientemente se adicionaron a estas medidas, anuncios sobre aranceles a las importaciones de bienes agrícolas. Cabe aclara al respecto que la definición de la Organización Mundial de Comercio (OMC) de productos agrícolas (a la cual está adherida EEUU), incluye los códigos arancelarios del sistema armonizado 1 a 24, dentro de los cuales se encuentra el vino (HS 2204) y, por lo tanto, de tratarse de una medida general sobre los bienes agrícolas y sin discriminación de origen, el vino argentino estaría alcanzado. Actualmente, según datos aportados por el Observatorio Vitivinícola Argentino, el vino se encuentra gravado por una tarifa de suma fija por litro conforme al siguiente detalle: -Vino Fraccionado:         0,063 U$S/litro -Vino Espumante:           0,198 U$S/litro -Vino a granel:                 0,140 U$S/litro Siendo una tarifa de suma fija por litro, impacta más en términos porcentuales sobre los vinos de precios más bajos. Tomando el precio promedio FOB de exportación del vino fraccionado que se exporta a EEUU de U$S 4,2 por litro, esta tarifa representa un 1,5% del precio FOB. Claramente un incremento general de los impuestos a las importaciones a niveles del 10%, como parece ser la intención, representa un impacto muy significativo en el costo de importación y ciertamente en el probable traslado a precio de consumidor final. En tanto y en cuanto el aumento de aranceles sea uniforme, no implicaría cambios en precios relativos entre países exportadores de vino a EEUU y no se producirían desventajas competitivas entre competidores. No obstante, y como antecedente, en la primera gestión de Donald Trump y también en un entorno de disputas comerciales, se impuso a las importaciones de productos agroalimentarias provenientes de Europa un arancel del 25%. En aquella ocasión, la aplicación de los aranceles de parte de los Estados Unidos a los productos europeos comenzó en octubre de 2019 y solo en 2020 los aranceles provocaron caídas de las exportaciones de vinos europeos a EEUU, tanto en valor como en volumen. Esta medida sobre el vino importado desde la Unión Europea recién se revirtió en marzo de 2021. Esta situación representó una oportunidad para las exportaciones de vino argentino durante 2019, 2020 y parte del 2021; años que arrojaron valores positivos para las exportaciones argentinas de vino con destino EEUU. Francia y España por su parte tuvieron resultados negativos en sus exportaciones particularmente durante el año 2020. Para más información y consultas ingresar a www.observatoriova.com