- Las características de quien puede producir el daño, es decir, una amenaza.
- El medio en el cual se puede producir el daño, lo que se puede denominar la vulnerabilidad.
¿Qué bebidas alcohólicas consumen los jóvenes?
Poco vino, mucho alcohol
22 junio, 2017
Qué bebidas alcohólicas eligen los argentinos según su edad y con quién prefieren compartirlas. Cuáles son las bebidas que aportan el mayor riesgo según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Por qué no se puede poner al vino en el mismo segmento que el resto de las bebidas alcohólicas.
Los jóvenes consumen, proporcionalmente, más alcohol que los adultos, al tiempo que son los que menos vino toman. Cuatro de 10 jóvenes de 18 a 25 años toman vino, cinco de 10 adultos lo hacen en la franja de edad 26-49 años y seis de 10 lo hacen en el segmento de mayor edad, entre 50 y 70 años.
En este trabajo, realizado por los equipos técnicos de la Corporación Vitivinícola Argentina y del Observatorio Vitivinícola Argentino, están analizadas las incidencias que tiene el consumo de alcohol, tanto de vino como del resto de las bebidas alcohólicas, en la salud y los riesgos que implica para terceras personas, según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Qué franjas etarias consumen más alcohol y qué bebidas son las que generan esa ingesta. También se desprende de este análisis, dónde, con quién y cuándo las personas consumen alcohol: mientras el vino es consumido, en mayor medida, en el hogar, con la pareja y la familia, la cerveza y el fernet son consumidos fuera del hogar y sólo con amigos.
El vínculo de los jóvenes y adultos jóvenes con la cerveza y el fernet es muy fuerte: la mitad de los consumidores de cerveza tienen menos de 35 años y casi 2 de cada 3 consumidores de fernet también se encuentran en ese rango de edad. Es llamativo el caso de las bebidas energizantes ya que casi 8 de cada 10 consumidores son menores a 35 años.
Las mujeres consumen menos alcohol que los hombres.
El vino comparte la lógica del consumo de las bebidas sin alcohol antes que las de sus principales competidores de bebidas alcohólicas: cerveza y fernet.
Las edades
El “Estudio Integral del Perfil de los Consumidores Argentinos de Vinos y Bebidas Sustitutas”, realizado por Knack Argentina, muestra que 8 de cada 10 personas en Argentina bebe algún tipo de bebida alcohólica, valor que cuando se desagrega por edad, varía de manera importante: los jóvenes, proporcionalmente, toman más alcohol que los adultos.
Mientras que el 84% de los jóvenes de entre 18 y 25 años consume bebidas con alcohol, el porcentaje disminuye a medida que crece la edad. La pregunta que debemos hacernos es ¿qué tipo de bebidas con alcohol tomamos los argentinos?
Los jóvenes son los que proporcionalmente más alcohol consumen, al tiempo que son los que menos vino toman, ya que 4 de 10 jóvenes de 18 a 25 años toman vino; 5 de 10 adultos lo hacen en la franja de edad 26-49 años y 6 de 10 lo hacen en el segmento de mayor edad, entre 50 y 70 años.
Las categorías
Relacionado con lo anterior, vemos que del total de consumidores de vino, 41% se encuentra por debajo de los 35 años, mientras que en el caso de la cerveza y el fernet los valores son 50% y 59%. Es llamativo el valor de los energizantes (86%).
El vínculo de los jóvenes con la cerveza es muy fuerte: la mitad de los consumidores de cerveza tienen menos de 35 años. A su vez, el fernet ha ganado un territorio sorprendente tanto desde el hábito como desde el imaginario y la aspiracionalidad: casi 2 de cada 3 consumidores de fernet tienen menos de 35 años.
Las ocasiones: el vino se toma en casa
La diversidad de propuestas hace del vino un producto para cualquier ocasión, situación o espacio, sin embargo, su territorio predilecto es el hogar.
El “Estudio del perfil de consumidores” indica también que 8 de cada 10 consumidores beben vino en el hogar, un número bastante diferente al de la cerveza (6 de 10) y el fernet (5 de 10).
Esta lógica de consumo en el hogar se asocia fuertemente con la comida, ya que también 8 de cada 10 consumidores lo toman en esta ocasión.
El vino comparte la lógica del consumo de las bebidas sin alcohol, en contraposición a sus principales competidores de bebidas alcohólicas: cerveza y fernet.
Si bien las tres bebidas con alcohol masivas en Argentina son gregarias, los modos de consumo son muy distintos.En el caso del vino, 82% de los consumidores lo hace en compañía de “alguien”, en la cerveza 86% lo hace acompañado y el valor aumenta al 91% en el fernet.
Sin embargo, ese “alguien” en el vino es principalmente la pareja, los hijos u otros familiares, mientras que en la cerveza y el fernet son mayoritariamente los amigos y conocidos.
El consumo de las mujeres
Las mujeres consumen menos alcohol que los hombres. Por ejemplo, en el caso de los jugos, el consumo en hombres es del 60%, aproximadamente, y en mujeres es 73%, mientras que en aguas saborizadas los porcentajes son 48% y 58%, respectivamente. En aguas y gaseosas los porcentajes son similares para ambos sexos.
Cuando analizamos las bebidas con alcohol, el consumo de cerveza, vino, fernet y bebidas de alta graduación alcohólica, el consumo de hombres es mayor.
El consumo de las bebidas espirituosas
El consumo de bebidas espirituosas ha crecido sostenidamente desde el año 2002 hasta la actualidad, desde aproximadamente 2 litros per cápita, a 3,5 litros per cápita, es decir, un crecimiento de 71%. Los licores dulces, wiskys, amargos, bitters, fernets, aperitivos, vermouths y quinados y demás bebidas espirituosas, si bien partiendo desde una base relativamente baja, muestran un aumento del consumo muy alto en la Argentina.
La incidencia del alcohol en la salud y en el daño a terceras personas
Al hablar de consumo de alcohol existe, en general, una connotación negativa asociada a un daño que puede ser ocasionado sobre la salud o en relación a los efectos sociales (como por ejemplo daño terceras personas, a bienes físicos o efectos sobre el gasto social). Al mismo tiempo, ese daño está asociado a un riesgo, es decir, la probabilidad de que alguien o algo provoque un daño en alguien o algo, el cual puede medirse a través de dos dimensiones:
Buen análisis