Aunque los elicitores no son una idea nueva, la investigación reciente ha llevado al desarrollo de nuevos compuestos y combinaciones de moléculas con propiedades elicitoras más eficaces y específicas que están ganando atención en el campo de la agricultura por su capacidad para desencadenar mecanismos de defensa en las plantas, incrementando la síntesis de metabolitos secundarios esenciales. Estos compuestos prometen ser una herramienta crucial para enfrentar los retos que plantea el cambio climático, especialmente en cultivos sensibles como la vid. El cambio climático está generando condiciones cada vez más extremas en los viñedos: altas temperaturas y sequías prolongadas. Estas alteraciones climáticas provocan desórdenes fisiológicos en las vides, afectando negativamente la calidad de la uva. Se observan desequilibrios entre la madurez tecnológica y fenólica, lo que reduce la calidad del vino. Además, los mecanismos de defensa de las plantas se ven desajustados, haciendo que las vides sean más vulnerables a enfermedades y plagas. A su vez, la preocupación de los consumidores por los problemas ambientales y la contaminación está en aumento. Como resultado, hay una creciente demanda de productos con etiquetado limpio, lo que se traduce en una mayor incidencia de productos que se perciben como más saludables. Esta tendencia impacta directamente en la industria vitivinícola, que debe adaptarse a las expectativas de los consumidores y a las nuevas normativas. Para mitigar estos problemas, se están explorando prácticas agrícolas innovadoras y eficientes. Una de las soluciones más prometedoras es el uso de elicitores. Estos compuestos, al ser aplicados a las plantas, desencadenan mecanismos de defensa que aumentan la síntesis de metabolitos secundarios, mejorando la resistencia de las plantas y potenciando la calidad del fruto. Elicitor es utilizado para referirse a un grupo de diversos compuestos estructurales (extrínsecos o aportados) que actúan como moléculas señalizadoras cuando existe peligro. Dichas moléculas se unen a proteínas receptoras especiales ubicadas en las membranas celulares de las plantas generando una respuesta de defensa frente a diferentes patógenos (insectos, hongos o bacterias) o ante el daño mecánico. Su origen puede ser de diversas fuentes:
  • Organismos vivos: Incluyen glucolípidos y proteínas de origen microbiano.
  • Derivados de plantas: Se obtienen por extracción o degradación enzimática de diversas partes vegetales.
  • Compuestos químicos: Como el ácido salicílico, sílice, y ciertos fungicidas (fosfonatos, estrobilurinas) y Bth (acibenzolar-S-metilo).
  • Fertilizantes con propiedades desencadenantes: Algunas moléculas comercializadas como fertilizantes tienen potenciales propiedades elicitoras, aunque su eficacia aún está en evaluación.
Algunos ejemplos de elicitores utilizados en la vid: Ácido Salicílico: es natural y activa las respuestas de defensa de las plantas, mejorando la resistencia a diversas enfermedades y estrés. Puede inducir la producción de fitoalexinas y otras sustancias defensivas en la vid, aumentando su resistencia a patógenos como el oídio y el mildiu. Ácido Jasmónico: regula la respuesta de las plantas a estrés y enfermedades, promoviendo la síntesis de compuestos defensivos. Ayuda a aumentar la resistencia a enfermedades fúngicas y mejora la calidad del fruto, ya que también está relacionado con la maduración de los frutos. Quitosano: es un elicitor derivado de la quitina, que se encuentra en los exoesqueletos de insectos y hongos. Estimula las respuestas defensivas de la planta y puede reducir la incidencia de enfermedades como el mildiu y botritis. Olígoesacáridos de Quitina: fragmentos de quitina que actúan como elicitores para inducir la resistencia en plantas. Promueven la producción de compuestos defensivos y fortalecen la respuesta inmune de la vid. Extractos de Algas: contienen una variedad de compuestos que pueden actuar como elicitores. Mejoran la salud general de la planta, aumentan la resistencia al estrés y pueden mejorar la calidad del fruto. Compuestos de Silicio: el silicio se utiliza para fortalecer las paredes celulares de las plantas. Aumenta la resistencia a enfermedades fúngicas, como el oídio, y mejora la tolerancia a condiciones de estrés. Pectinas: derivadas de la pared celular de las plantas. Contribuyen a la resistencia a enfermedades y ayudan en la regeneración de tejidos dañados. Saponinas: mejoran la resistencia a enfermedades y pueden tener efectos antioxidantes. Existen dos beneficios significativos producidos por estos compuestos en la viticultura. Uno es la reducción del uso de pesticidas al mejorar las defensas naturales de las plantas, disminuyendo así la dependencia de tratamientos químicos convencionales. Por otro lado, los elicitores pueden aumentar la síntesis de compuestos nitrogenados, fenólicos y aromáticos, esenciales para una excelente calidad de vino. Los avances en la investigación y la tecnología han permitido el desarrollo de nuevas generaciones de elicitores, que se aplican de manera más precisa y efectiva. Esto es especialmente relevante en la viticultura, donde problemas como el mildiú polvoriento y las condiciones extremas derivadas del cambio climático están poniendo a prueba la resistencia de las vides. Entre los estudios y proyectos destacados que están explorando o han aplicado el uso de elicitores se encuentra el Proyecto CHIMENANO, que combina nanopartículas con el elicitor metil jasmonato (MeJ) para lograr una liberación más controlada y eficiente. Al utilizar quitosano como base para las nanopartículas, el proyecto busca reducir la dosis de MeJ necesaria y mejorar la resistencia de las vides al mildiú polvoriento, optimizando la calidad de la uva y del vino Tempranillo. También es una tecnología innovadora que se ha investigado para mejorar la calidad de la uva y del vino en un escenario de cambio climático para contrarrestar el desajuste observado en los últimos años producto del cambio climático entre la madurez tecnológica y la fenólica de la uva. Los elicitores representan una estrategia prometedora para enfrentar los desafíos del cambio climático en la viticultura. Su capacidad para mejorar la resistencia de las plantas y la calidad de los racimos puede transformar la forma en que se gestionan los viñedos en un entorno cambiante. Al integrar este tipo de prácticas innovadoras, la viticultura puede adaptarse y prosperar, garantizando la calidad del vino y la sostenibilidad de la producción.     Fuentes https://www.icvv.es/bionanoelicitores-nueva-herramienta-para-mejorar-la-calidad-de-uva-y-vino-de-tempranillo https://archivo.revistaagricultura.com/bioestimulantes/sanidad-y-nutricion/bioestimulantes--viento-de-cola-en-el-cultivo-sostenible-del-vinedo_13359_119_16675_0_1_in.html https://archivo.revistaagricultura.com/fungicidas/sanidad-y-nutricion/uso-de-fungicidas-naturales-en-la-lucha-contra-el-mildiu-de-la-vid-efecto-sobre-la-composicion-aromatica-de-la-uva_14991_119_18582_0_1_in.html https://www.interempresas.net/Vitivinicola/Articulos/251209-ICVV-inicia-proyecto-sobre-nanoelicitores-para-mejorar-calidad-de-uva-y-del-vino.html https://laprensadelrioja.com/industria-auxiliar-ultimas-noticias-en-portada/i-d-i-industria-auxiliar-ultimas-noticias-en-portada/teresa-garde-cerdan-una-influencer-que-estudia-los-factores-que-pueden-afectar-a-la-de-la-uva-y-del-vino/ https://www.mdpi.com/2223-7747/12/17/3152