Comercio Exterior
Anatomía de las bodegas exportadoras de Argentina
22 febrero, 2024
Con datos a enero de 2024, a nivel nacional el 71,3% de las bodegas relevadas exporta. El 25,6% de las que venden vino al mundo, lo hacen embotellado y a granel. Los datos surgen de una encuesta de investigadores de Suiza y Estados Unidos.
¿Cómo son las bodegas que exportan vino de Argentina? Un estudio de investigadores de Suiza y Estados Unidos que se viene actualizando anualmente tiene la respuesta. Sobre un total registrado de 875 bodegas activas en todo el país, se relevó una muestra de 230 bodegas (respondieron a un cuestionario) en Argentina de las que 164 son exportadoras (71,3% de la muestra) y 66 bodegas no exportan (28,7%). De las 164 empresas exportadoras de la muestra, 162 exportan vino embotellado (98,8%) exclusivamente, 42 de ellas exportan también vino a granel (25,6%), pero solo 2 de ellas (1,2%) exportan únicamente a granel.
Dos tercios de las bodegas no exportadoras están fuera de Mendoza, la principal región productora de vino. Los datos muestran que cuanto más pequeña es la región productora de vino, más frecuentes son las bodegas no exportadoras. Por el contrario, en Mendoza, el 85,5% de las bodegas son exportadoras y un tercio son exportadoras de alta intensidad (exportan más del 50% de su volumen de producción). De las 54 bodegas de exportación de alta intensidad, 49 están en Mendoza, 3 en el Noroeste y 1 en la Patagonia y 1 en Cuyo.
Los datos y el análisis surgen de un estudio titulado “Anatomía de las Bodegas Exportadoras Argentinas” publicado en enero de 2024 en el International Journal of Wine Business Research (IJWBR), a cargo de los doctores Nicolás Depetris-Chauvin, de la Escuela de Negocios de Ginebra (HES-SO, Suiza) y Emiliano Villanueva, de la Escuela de Negocios de la Eastern Connecticut State University de Estados Unidos.
A pesar de su abundancia en recursos naturales, la posibilidad de que Argentina logre un crecimiento económico sostenido depende en gran medida de ser capaz de diversificar su estructura exportadora hacia bienes con mayor diferenciación y valor agregado. Sin embargo, en los últimos 15 años no han avanzado en esa dirección. Si bien el vino sin duda podría ser un producto para impulsar esta inserción internacional a través de un producto diferenciado, los niveles de competitividad de los vinos argentinos no es una excepción a esta realidad y es baja en comparación con los competidores mundiales, advierte el estudio.
Este relativo éxito de los exportadores de vino argentino es tanto más notorio por las muchas limitaciones que enfrentan las empresas productoras de vino en Argentina. A nivel macroeconómico, éstas incluyen fuertes fluctuaciones de precios y del tipo de cambio real, exigencia de pago de derechos de exportación (el fin de las retenciones se aplicó recién a partir de septiembre de 2023) y la falta de acuerdos comerciales internacionales que faciliten el acceso a los mercados internacionales. A nivel microeconómico, la industria está muy concentrada, con sólo diez empresas representando dos tercios del volumen de vino exportado y con una heterogeneidad sustancial en capacidades productivas y comerciales.
A continuación, los principales hallazgos del estudio:
1-Perfiles de las bodegas.
La Sociedades Anónimas representan el 70% de las bodegas exportadoras, mientras que las Sociedades de Responsabilidad Limitada son casi el 20% del total. Casi el 30% de los exportadores de alta intensidad son empresas de propiedad extranjera. Se entiende por alta intensidad exportadora a las empresas cuyo principal negocio es la venta al exterior de sus productos. Ese es su principal mercado. Y se detectó una correlación positiva entre la intensidad de las exportaciones y la propiedad extranjera. Por el contrario, casi todas (93,94%) las bodegas que no exportan son de propiedad local.
2-Tamaño e integración.
Las bodegas no exportadoras son más jóvenes, más pequeñas y tienen más probabilidades de estar totalmente integradas o no poseer viñedos. Las bodegas exportadoras tienen, en cambio, mayores superficies de vid en producción y mayor producción media anual de vino por volumen en litros. Las bodegas exportadoras de intensidad media son las más grandes tanto en superficie como en producción. Los exportadores de alta intensidad también son grandes, pero han estado, en promedio, en el negocio del vino durante más tiempo.
Otro dato clave es que solo el 37,8% de las bodegas entrevistadas elaboran el 100% de sus vinos con uvas propias. Bodegas no exportadoras y exportadoras de alta intensidad producen entre el 75% y el 100% de sus vinos, con sus uvas en el 65% y el 62%, respectivamente. Por el contrario, las bodegas exportadoras de baja y media intensidad tienden a comprar más uvas de otros viticultores.
3-Tecnificación
Los datos revelan que, en promedio, cuanto más equipo tengan, más exportan las bodegas. Esto es coherente con la evidencia existente de que cuanto más tecnificadas están las empresas, más éxito tienen en los mercados de exportación. La evidencia señala que es probable que el desarrollo de capacidades empresariales, el capital humano formado y la tecnología desempeñen un papel clave en la mejora de la calidad y la participación de las empresas argentinas en los mercados.
4-Estrategias comerciales
La proporción de bodegas que diferencian sus vinos aumenta con el nivel de intensidad exportadora. Entre las empresas no exportadoras, el 62% tiene diferentes gamas de vinos. Esta proporción aumenta a casi el 95% entre las bodegas argentinas exportadoras de alta intensidad. El número de variedades de uva vinificadas y de etiquetas producidas también aumenta con la intensidad de la exportación.
Muchas bodegas generan ingresos también a partir de actividades distintas a la venta de vino. Estas actividades incluyen, entre otras, servicios de viñedos y bodegas, restaurantes, hoteles y spas, alquiler de eventos y venta de comida local. La proporción de bodegas que reciben más del 25% de sus ingresos de estas fuentes es ligeramente superior al 20% para todas las bodegas exportadoras. Sin embargo, esta proporción disminuye hasta el 14,8% para los exportadores de alta intensidad, mostrando una mayor especialización en la venta de vino como negocio principal entre estas firmas.
5-Apuesta por la exportación
Un hallazgo notable de la encuesta es que a la mayoría de las bodegas no exportadoras les gustaría exportar en el futuro. Sólo el 15% de las empresas no exportadoras no tienen previsto exportar, principalmente debido a problemas de escala. Al 85% que busca exportar le gustaría hacerlo principalmente para desarrollarse diversificando sus negocios, no debido a la preocupación por la disminución de la demanda interna. Estas empresas perciben como los “factores más importantes para poder exportar” al “tipo de cambio”, a la logística y la fiabilidad de los socios comerciales. Estas bodegas perciben a Asia como el mercado más atractivo, seguido de América del Norte.
Las empresas exportadoras varían en cuanto a los años de experiencia exportadora, el número de los países a los que exportan y la gama de productos que exportan. Los exportadores de baja intensidad tienden a para ser más nuevos en el mercado de exportación. Al momento de la encuesta, el 36,2% había sido exportador desde hace menos de cinco años. En promedio, también tienden a exportar a menos países (4,7) y comercializan menos etiquetas (8,9). Los exportadores de mediana intensidad exportan a más países en promedio (16,2) y tienen una mayor proporción de empresas (22%) con más de 20 años de experiencia exportadora. En promedio, las bodegas del segmento exportador de alta intensidad son las que más etiquetas exportan, con 14.
Conclusiones
Las empresas exportadoras de alta intensidad son un fenómeno mendocino (y aún no del resto del país). Estas bodegas son más grandes y están más integradas verticalmente, operan en todos los segmentos de precios, dominan los segmentos de precios altos y dependen menos de otras actividades generadoras de ingresos, destaca el informe en sus conclusiones.
Su estrategia comercial competitiva se centra en el control de calidad, el desarrollo continuo de sus productos existentes y la creación de identificación de marca. Las bodegas exportadoras argentinas de alta intensidad (la exportación supera el 50% de sus ingresos totales) tienen mayores capacidades humanas y de equipo, pero sólo a veces tienen más experiencia en el negocio del vino. Las bodegas exportadoras en Argentina tienden a ser más innovadoras y abiertas a explorar nuevos vinos y actividades complementarias para apoyar y preservar las características centrales tradicionales de su presencia distintiva usando el Malbec en todo el mundo.
La escala es esencial para crear el entorno de “cluster” que permita posibilidades reales de exportaciones viables. Los exportadores exitosos tienden a vinificar más uvas, diferenciar sus vinos, vender siempre vino premium en el extranjero y elegir canales de exportación directos, un importador o distribuidor con sede en el mercado de exportación objetivo. Trabajan intensamente el boca a boca como fuente de promoción, marketing directo, relaciones públicas, marketing online e Internet. Se han dedicado a actividades de enoturismo, donde la restauración se está convirtiendo en una actividad complementaria a la bodega.
Los resultados de esta investigación parecen corroborar la importancia de la influencia de los modelos de negocio de las diez principales empresas exportadoras sobre el resto: “vender un vino Malbec embotellado de calidad de Mendoza a un precio asequible dirigido a un consumidor de clase media estadounidense” parece ser la orientación exportadora de la industria; este alcance puede presentar algunas limitaciones y desafíos en el futuro inmediato, en particular debido a la sólida competencia existente en cuanto a las características del producto, advierten los investigadores en su informe.
Para acceder al informe completo, ingrese aquí.
Excelente trabajo de investigación.