La producción de uva ha cobrado gran relevancia en México, incrementándose las tierras que se destinan a este fin. En ese sentido, en México se destinan poco más de 30.000 hectáreas para este tipo de cultivo, las cuales se encuentran ubicadas principalmente en Baja California. En lo que respecta al consumo del vino, las estimaciones del Consejo Mexicano Vitivinícola (CMV) rondan en un litro per cápita al año. En los últimos cinco años, este valor ha estado en constante aumento y las proyecciones muestran que seguirá creciendo. En el consumo global de vino, México representa alrededor del 0,5% del total consumido en el mundo. En este contexto, la producción interna solo alcanza a satisfacer el 30% de la demanda mexicana. Como resultado de ello, las importaciones de vino en México sumaron U$S220 millones en 2020 y U$S270 millones en 2021. Esta última cifra posicionó a México como el 22° mayor importador de vino a nivel mundial y el segundo de América Latina, solo por detrás de Brasil, destaca un informe de la Embajada Argentina en México. Los principales orígenes de las importaciones mexicanas de vino son España (U$S77 millones), Italia (U$S55 millones), Francia (U$S41 millones), Chile (U$S39 millones), Estados Unidos (U$S27 millones) y Argentina (U$S26 millones). Si bien Argentina ocupa el sexto lugar como proveedor internacional de vino en el mercado mexicano en términos de valor, al considerar los volúmenes asciende al tercer lugar, quedando únicamente por detrás de España y Chile. De acuerdo con los últimos registros de la Embajada de la República Argentina en los Estados Unidos Mexicanos, actualmente se distribuyen vinos de 80 bodegas argentinas en el mercado mexicano. La mayoría de ellas operan con un representante en el territorio. En cuanto a las condiciones de acceso a este mercado, el vino argentino tiene las siguientes disposiciones vigentes: Tratamiento arancelario 22.04. Vino de uvas frescas, incluso encabezado; mosto de uva, excepto el de la partida 20.09.