Hace ya un tiempo se vienen aplicando nuevos manejos en los viñedos que permiten un uso eficiente de los recursos. En el caso de la vitivinicultura, el agua es una limitante por lo que se debe seguir investigando y probando cuales son las mejores alternativas para nuestra región. A continuación, compartimos conclusiones de estudios realizados acerca de la factibilidad del uso de especies nativas en los interfilares de los viñedos. En un estudio realizado en Mendoza quedó registrado el antecedente del intento de establecer especies herbáceas nativas en viñedos bajo riego superficial (melga), el cual no prosperó debido a la gran capacidad de competencia de las malezas introducidas, las que bajo condiciones de elevada disponibilidad hídrica terminaron predominando por sobre las especies nativas. En cultivos provistos con riego por goteo resulta difícil establecer coberturas verdes tradicionales, salvo bajo ciertas condiciones particulares, tales como cuando se trabaja, por ejemplo, utilizando especies con relativa tolerancia a la sequía, en suelos de textura franca a arcillosa y reducido distanciamiento entre las hileras de vid. Es por ello que, para la mayoría de los viñedos irrigados con la tecnología de riego localizado, sería importante la utilización de especies herbáceas nativas como cultivos de cobertura, según describe el estudio “Intercambio gaseoso y eficiencia en el uso del agua de cultivos de cobertura con especies nativas (Mendoza, Argentina), exóticas cultivadas y malezas”. Otra conclusión a la que llega el anterior estudio es que las especies nativas tipo C4 presentaron el menor consumo hídrico anual y elevada eficiencia en el uso del agua en condiciones de restricción hídrica y temperatura elevada, debido a que su evapotranspiración se redujo proporcionalmente más que la fijación de dióxido de C. Lo anterior se debe a que, en condiciones de alta temperatura y restricción hídrica, las especies del tipo C4, tanto nativas como malezas, hacen un uso más eficiente del agua en comparación con las especies C3. Especies nativas tipo C4 surgen con probabilidad de éxito como cultivos de cobertura en el interfilar de viñas bajo riego por goteo. Esto es debido a su capacidad de mantener mayor actividad de evapotranspiración bajo condiciones limitantes de agua disponible y su menor consumo hídrico anual.   Especies nativas de actividad invernal del tipo C3, con ciclo fenológico opuesto al del cultivo de la vid, pueden ser recomendadas en situaciones donde se busque reducir la excesiva competencia con el cultivo durante los meses de primavera.  Las plantas se clasifican en C3 y C4 dependiendo de los mecanismos de fotorrespiración utilizados. Las plantas C4 están adaptadas a zonas donde existe una limitada disponibilidad de agua como así también la eficiencia fotosintética es mayor en las mismas. En otro estudio titulado “Influencia de la vid (Vitis vinifera L.) sobre cultivos de cobertura: un modelo biomatemático de la transición de amensalismo a comensalismo”, se establece que no habría evidencias para asumir que el cultivo de cobertura afecta el crecimiento de la vid, lo que indicaría una posible indiferencia de la vid respecto del cultivo de cobertura. También sugiere que hay evidencias para asumir un efecto facilitador de la vid sobre el cultivo de cobertura en tanto que la presencia de la primera aumenta la tasa de crecimiento del segundo. Un desafío futuro es continuar con los estudios que presenten conclusiones de los efectos que sufren la vid y el cultivo de cobertura al estar consociadas, como así también abarcando otras variedades de vid y coberturas vegetales. También es necesario continuar con los estudios a campo de los diferentes comportamientos de las herbáceas nativas en los interfilares de los viñedos. Por lo pronto, estos son beneficios de la utilización de los cultivos de cobertura para los viñedos: -Incremento en la estructura del suelo. -Reducción de la compactación -Mejora en la tracción de la maquinaria. -Aumento de la biodiversidad. -Disminución de las pérdidas de nutrientes por lixiviación. -Control de malezas no deseables. -Reducción en la necesidad del uso de agroquímicos.  -Modifican el microclima disminuyendo la temperatura en la superficie del cultivo, reduciendo la cantidad de luz reflejada en la misma y disminuyendo el riesgo de quemaduras de sol e infestaciones de ácaros. -Capacidad para reducir la erosión del suelo y los consecuentes daños de las vides por los efectos del acarreo de arena, ya que reduce el flujo de agua, disminuye el impacto de las gotas de lluvia sobre la superficie e incrementa la tasa de infiltración del agua. Fuentes: Carlos Rubén Bageta, Marcelo Alberto, Carmen Sartor, Adrián Cecconato, Alicia Bevaqua, Marta Tirador, Marcela Garriga, Verónica Nodaro, Alejandro Quiroga, Ernesto Uliarte (ex aequo). Influencia de la vid (Vitis vinifera L.) sobre cultivos de cobertura: un modelo biomatemático de la transición de amensalismo a comensalismo Cavagnaro, J.B. y A.D. Dalmasso, 1986. Ensayo bajo riego de pasturas nativas en áreas cultivadas. Informe interno. Mendoza: IADIZA. Miriti, M. N. 2006. Ontogenetic shift from facilitation to competition in a desert shrub. J Ecol 94:973-979. doi: 10.1111/j.1365-2745.2006.01138.x. Olmstead, M. 2012. Cover crops for arid areas. Universidad de Florida Uliarte, E.M.; C.A. Parera, E.E. Alessandria y A.D. Dalmasso. Intercambio gaseoso y eficiencia en el uso del agua de cultivos de cobertura con especies nativas (Mendoza, Argentina), exóticas cultivadas y malezas