Los miembros del Círculo de Escritores del Vino hacen un análisis de sus regiones, o aquellas a las que han viajado recientemente, para compartir una idea de cómo el mundo del vino está sobrellevando el coronavirus, el impacto del encierro y el distanciamiento social en sus negocios.
A continuación publicamos un extracto de lo que sucede en distintos países y regiones del planeta.
EUROPA
Italia
Michèle Shah comparte desde la región Toscana, siendo Italia uno de los países más afectados por el virus hasta ahora, su perspectiva de una industria y una nación que ha estado conviviendo con el virus y sus efectos durante mucho más tiempo que la mayoría.
Desde el 9 de marzo en que se estableció la cuarentena, muchos sectores tuvieron que ajustarse a las medidas de seguridad, logística y economía en un contexto totalmente nuevo.
En el sector vitivinícola hay gran preocupación por el volumen de caldos que permanecen en las bodegas para ser embotellados, sumado a una futura cosecha para otoño. Se estima que hay 59 millones de hectolitros de vino en stock. Considerando que una cosecha estándar produce alrededor de 44 millones de hectolitros, el mercado tendría casi un año y medio en existencia. Una cuarta parte del total se encuentra en Véneto, seguido de Puglia y Emilia Romagna. Es muy probable que los vinos de mesa y los IGT genéricos sean los preferidos para la destilación, sin embargo, no sorprendería si Pinot Grigio o Prosecco DOC se enfrenten al mismo dilema.
Hay un alto riesgo de recesión no solo para el comercio del vino sino también para el sector de enoturismo. Este es un escenario que preocupa a muchas bodegas en las 20 regiones productoras de vino de Italia. Tanto las consecuencias económicas como financieras serán irreversibles para muchas de ellas.
Vinitaly, la mayor feria comercial de Italia, que inicialmente se había pospuesto, fue finalmente cancelada después de mucho debate. El comercio, no obstante, espera que los eventos, degustaciones y viajes de prensa se reanuden durante los meses de verano.
Las ventas de vinos en los supermercados han aumentado considerablemente en las últimas dos semanas. Dependiendo de la categoría de vino, el incremente es de 11% y 17% en los IGT y DOC/G respectivamente, mientras que los vinos fortificados y los passitos han caído un 15,7% y el champán un 53,2%.
Las ventas de vino online se dispararon a pesar de las dificultades de logística de las entregas a domicilio. El consumo de vino Premium se ha vista mayormente afectado por el cierre del pujante sector de restaurantes en Italia.
Respecto a las exportaciones, si bien continuan en marcha, la entrega y los envíos se han ralentizado considerablemente. El transporte sobre ruedas tiene el problema adicional de largas colas, la seguridad de los conductores y posiblemente la observancia de la cuarentena.
Mirando hacia el futuro, existe una preocupación por el endurecimiento de las fronteras que impiden el empleo de trabajadores visitantes. Una cuarta parte de la agricultura de Italia depende de los trabajadores extranjeros, esto significa el empleo legal de unos 370.000 trabajadores de otros países anualmente, y eso incluye el trabajo en los viñedos y la cosecha; afortunadamente, aun quedan unos meses por delante.
En el marco de todo este panorama, el sector mantiene relativamente una perspectiva positiva sobre el futuro del vino, que prevalecerá gracias al modelo de Italia y la eficacia y flexibilidad de las bodegas familiares.
España
Amaya Cervera y Yolanda Ortiz de Arri informan desde España, uno de los países más afectados por el virus en términos de víctimas y casos confirmados de infección.
El cierre inmediato de todos los bares y restaurantes se produjo el 14 de marzo con el estado de emergencia, afectando el comercio que representa la mitad de las ventas totales de vino.
Con restricciones más estrictas desde el 29 de marzo, el vino solo se puede comprar en supermercados locales y en tiendas online.
Si bien las bodegas se enfrentan a incumplimientos de pago, retrasos en los envíos y cancelación de pedidos; están realizando los trabajos esenciales en sus viñedos y establecimientos y la mayoría sigue suministrando vino normalmente.
El enoturismo esta totalmente detenido. Se espera que las pérdidas sean significativas dado que la Pascua es una de las épocas con mayor reserva de turistas. Hay despidos temporales en bodegas, comercios, empresas de distribución y la industria hotelera.
El brote del covid-19 se sumó a una situación ya compleja para la industria vitivinícola que ya sufría los efectos del Brexit y los aranceles estadounidenses.
Según el Observatorio Español del Mercado del Vino, es la duración de esta crisis que determinará la magnitud y cuáles empresas serán capaces de salir adelante. Asimismo
el crecimiento del consumo doméstico no será suficiente para reemplazar lo que se está perdiendo. El mejor de los casos sería una recuperación en la segunda mitad de 2020 para compensar las pérdidas.
El sector tendrá que afrontar varios factores, desde la alta volatilidad del mercado, la necesidad de adoptar un enfoque de mayor cercanía al cliente, hasta repensar la cadena de suministros, en los casos de insumos importados de Italia.
La Federación Española del Vino (FEV) confirma que China y Japón siguen haciendo sus pedidos, y que las ventas online se han incrementado significativamente, frente a otros canales tradicionales que se han derrumbado. Al respecto muchos minoristas online han informado una caída en el precio promedio por botella y una creciente demanda por vinos regulares y de regiones conocidas.
También han surgido una gran cantidad de iniciativas: degustaciones virtuales, gestos solidarios, contenido en línea gratuito. Instagram está en auge con charlas y degustaciones hasta el punto de que SWL ha convertido su agenda habitual de amantes del vino en una recopilación de eventos virtuales.
Francia
Jim Budd reporta desde la región de Loira. Desde el 14 de marzo, el gobierno francés anunció el cierre inmediato de todos los bares, cafeterías y restaurantes.
Afortunadamente, la viticultura junto con el resto del sector agrícola fue considerado como esencial, por lo que no hay restricciones para cosechar las vides, sin embargo el trabajo se mantiene bajo los protocolos y medidas de seguridad pertinentes.
En Loira las heladas son una amenaza tan grande para los enólogos como el Coronavirus. De hecho esta zona ha sido afectada en tres de los últimos cuatro años: 2016, 2017 y 2019. Y es comprensible que otra helada en el año 2020 sea una preocupación latente. El invierno ha sido suave y la brotación comenzó en gran parte del Loira antes de finales de marzo. El pronóstico a largo plazo hasta el 17 de abril predice un clima más cálido y sin heladas, sin embargo hay un largo camino hasta mayo.
Respecto a la ventas la situación es irregular. Algunos establecimientos se han mantenido abiertos para vender directamente al público, ya que aún se permiten bajo la cuarentena pero otros directamente han cerrado.
Es posible realizar pedidos en línea o por teléfono a algunos productores u organizaciones que ofrecen entrega local gratuita a ciudades cercanas en días específicos de la semana.
Varias ferias locales de vinos de consumo se han cerrado, siendo estos espacios para que los productores muestren sus vinos de la última cosecha y para vender directamente al público.
Desde la zona de Borgoña LM Archer comparte su análisis de la situación, que no difiere demasiado de la región de Loira.
Allí el trabajo en las viñas sigue los mismos lineamientos en cuanto a medidas de higiene para el personal y aislamiento entre los trabajadores. Además se han registrado algunas heladas que dificultan el panorama.
La mayoría de los enólogos trabajan de forma remota y hay mucho desempleo parcial, por ejemplo hay empleados que reciben el 70% de su salario. Los pedidos por parte de los restaurantes y tiendas se han cancelado ya que se ordenó el cierre total o parcial de este sector. Además, todos los pedidos de exportación y envíos planificados han sido pospuestos.
Para ayudar a aliviar las tensiones financieras, el gobierno ha autorizado a los bancos a otorgar préstamos en efectivo de hasta el 25% de la facturación, con garantías gubernamentales de hasta el 90% del monto del préstamo.
En una muestra de solidaridad, la industria vitivinícola francesa ha iniciado la campaña de medios sociales #LeVigneContinue como su letmotiv y emblema de lucha.
Reino Unido
Liz Sagues, autora de “Una celebración para el vino ingles”, analiza cómo la industria del vino se ha visto afectada en el último mes.
El comercio ha tenido una respuesta muy positiva en términos de iniciativas para mantener a las empresas en marcha, usar medios alternativos para alentar las ventas y garantizar a través de la actividad online que los bebedores de vino sigan entusiasmados.
WineGB es un excelente ejemplo: su sitio web se actualiza diariamente con información completa para los productores de vino del Reino Unido. Y esa información se comparte públicamente.
El trabajo de los viñedos y las bodegas se reconoce oficialmente como “esencial", al igual que el comercio de alcohol, por lo que los puntos de venta pueden permanecer abiertos. Existe un paquete de apoyo financiero promovido por el gobierno para las empresas y los trabajadores afectados por las medidas para controlar la propagación del virus, pero no es exhaustivo. De esta manera, Drinks Trust, el nuevo título de la organización benéfica de la industria The Benevolent, ha establecido un fondo de emergencia para ayudar a algunas personas que no encajan en la red formal.
Otro problema para los viñedos ingleses, es la posible escasez de mano de obra en los próximos meses, ya que los trabajadores rumanos en los que muchos confían se quedarán en sus países.
En Chapel Down, la marca de vinos más grande de Inglaterra, los miembros de la junta y el personal superior han recortado los salarios entre un 20% y un 40% y se ha suspendido el gasto de capital no contratado (afectando el trabajo en viñedos jóvenes). Dicha estrategia junto con la fortaleza existente de la compañía, debería garantizar la prosperidad de la firma a largo plazo.
El distanciamiento social forzado ha generado un auge en las ventas de alcohol, con los supermercados reportando aumentos de más del 20% y un incremento significativo de los pedidos online. A tal punto que Chapel Down considera que si la tendencia continúa, las ventas por internet de vinos compensarán con creces la pérdida de ventas en los comercios tradicionales.
Las empresas de bebidas espirituosas, varias destilerías de ginebra y whisky están convirtiendo el alcohol que producen en desinfectante de manos, dándolo a los clientes, vendiéndolo para caridad o donándolo a trabajadores de la salud u hospitales locales.
Muchos viñedos del Reino Unido, algunos vinculados con otros negocios locales de alimentos y bebidas, ofrecen gastos de envío gratuitos o promocionales. También hay descuentos especiales para trabajadores sanitarios y asistenciales.
En un escenario tan cambiante, mucho depende sin embargo de que los depósitos aduaneros sigan suministrando y entregando a las empresas que aun siguen en actividad.
HEMISFERIO SUR
El Hemisferio Sur se vio afectado por la crisis del coronavirus justo en el medio de la cosecha, a diferencia del Hemisferio Norte que ya esta transitando su estación de primavera.
Nueva Zelanda
Con sede en Auckland, donde escribe para Wine-Searcher, Tom Jarvis analiza cómo la pandemia ha afectado la industria en general.
Producción de vino: desde el comienzo del año, las industrias primarias ciertamente estuvieron al tanto de la amenaza del virus. No obstante las firmas más grandes y las multinacionales han estado mejor preparadas para enfrentar la crisis. Tanto las bodegas como las unidades productivas fueron catalogadas como industrias esenciales. Las diversas asociaciones del sector destacan lo positivo de poder operar dentro de las excepciones, aún cuando hay algunas quejas contra el Ministerio de Industrias Primarias, de que se podría haber hecho mas al respecto desde el mes de enero. Sin embargo, hay un deseo general en la industria de ver el vaso medio lleno y evitar las acusaciones. Muchos trabajadores ocasionales de cosecha y bodegas han tenido problemas en llegar a sus puestos o bien han tenido que permanecer en cuarentena dos semanas antes de comenzar con sus contratos laborales. La semana pasada, una bodega local ganó mala prensa por perder el rastro de un grupo de recolectores franceses recién llegados. Algunas bodegas ya tienen o tendrán dificultades para levantar su cosecha. Muchas de ellas están trabajando para cumplimentar los requisitos solicitados por el Ministerio de Industrias Primarias para garantizar la seguridad. En este contexto la mayoría de los vinos son elaborados por equipos reducidos, muchos de los cuales trabajan aislados de las familias. Los espacios de degustación y restaurantes se mantienen cerrados, y en algunos casos, ese mismo equipo de trabajo ha sido afectado para trabajar en otros sectores de las bodegas. Las regiones más grandes, como Marlborough, que tienen una tasa más alta de cosecha a máquina, han tenido mejor performance. Sin embargo, en Central Otago donde hay más selección manual, la cosecha recién comienza en pleno periodo de cuarentena. En esta región encontramos fincas más pequeñas que producen vinos de mayor precio, y sin duda será el grupo más afectado. Venta de vinos: desde el 25 de marzo, el delivery de alcohol por venta online se considera un negocio esencial, por lo cual algunos canales de venta por Internet que se habían cerrado volvieron a operar. De esta manera, las bodegas pueden vender por comercio electrónico. Sin embargo no son los vinos súper premium el motor que esta impulsando las ventas de alcohol en un momento de suspensiones salariales y despidos. En la mayor parte del país los comercios mas chicos están cerrados, y las ventas se canalizan a través de los supermercados. Sin embargo, esta última no es una opción en West Auckland e Invercargill, donde los fideicomisos regionales controlan las ventas de licores, por lo que algunas de sus licencias se comercializan bajo restricciones. Así muchas operaciones más pequeñas dependen en gran medida de las ventas online, sumado a que ningún restaurante o bar permanece abierto durante el cierre. La pérdida de los mercados de exportación es un golpe importante a la industria, en un país con un modesto consumo interno. Hace tres semanas, los informes de prensa sugerían que las perspectivas de ventas a EEUU y Europa parecían razonables, pero desde entonces se han aplicado muchas más restricciones a las cadenas de suministro en estas regiones. De hecho, el dueño de una bodega boutique expresó que muchas de sus operaciones enfocadas a los mercados asiáticos no tendrán ventas durante todo el 2020. Si bien China parece haber reabierto sus exportaciones, probablemente serán las multinacionales las mejor posicionadas para operar en esa región. Sudáfrica Angela Lloyd reside en Ciudad del Cabo y comparte su visión desde ese país. Allí a los enólogos se les informó en plena vendimia que tenían que dejar de hacer vino. Desde la medianoche del 26 de marzo hasta el 16 de abril el presidente de ese país anunció un cierre total. Bajo enmiendas establecidas a la Ley de Manejo de Desastres, entre otros artículos, solo los productos alimenticios, incluidas las bebidas no alcohólicas, se enumeran como esenciales. La fabricación y el comercio de productos alcohólicos deberán suspenderse durante la cuarentena. Esta terrible noticia para el sector llegó 24 horas antes de establecerse el periodo de cuarentena, afectando de lleno la cosecha aún en progreso, la etapa de fermentación ya iniciada en las bodegas y con caldos inestables, y aun con vinos listos tanto para la exportación y como para las ventas locales. Inmediatamente Vinpro, el organismo que representa a 2.500 productores y bodegas, junto con otras partes interesadas, hizo una solicitud urgente al gobierno para exceptuar esta actividad de la cuarentena y poder continuar con la operatoria de producción, venta y exportaciones. Se logró agregar a la lista de actividades esenciales la cosecha y almacenamiento para evitar el desperdicio de productos agrícolas primarios. También aquellos que cosechan y trabajan en la bodega fueron considerados esenciales. No obstante el tema de las exportaciones sigue en discusión con el gobierno. La prohibición de la venta de alcohol ha provocado el cierre de restaurantes, bares y licorerías; mientras que los supermercados, que permanecen abiertos para suministros básicos de alimentos, tampoco pueden vender alcohol. El periodo de cuarentena ha afectado a los enólogos de diferentes maneras. En algunos casos si bien han terminado la cosecha, sus tanques están con vinos en pleno proceso de fermentación. La incertidumbre que arroja la interpretación del gobierno respecto a “cosecha” y “actividades de bodega”, así como la duración de las restricciones, podrían implicar una sulfuración temprana de los vinos para asegurarlos. A esto se suman las zonas grises de las regulaciones, por ejemplo no esta claro si se pueden transportar los vinos sin fraccionar de una locación a otra para su degustación o si conviene mandarlos como muestras para análisis. Se suma también esta la preocupación por la interrupción de toda la cadena de valor que afecta el flujo de caja. Muchos pequeños productores se verán fuertemente afectados y algunos probablemente incapaces de sobrevivir. No obstante hay cierto optimismo en algunos profesionales respecto a la cosecha 2020 que esperan un incremento de los volúmenes por encima de los últimos tres años de sequía tanto para los vinos blancos como tintos. SUDAMÉRICA Amanda Barnes informa sobre cómo los países vitivinícolas de América del Sur han estado haciendo frente al Covid-19 y cómo ha impactado a la industria y a sus enólogos. La pandemia llegó en un momento inoportuno para esta región. Chile y Argentina tienen vendimias bastante largas, que van desde finales de enero hasta principios de mayo aproximadamente, y la crisis mundial se desató a solo un mes de haberse iniciado la cosecha. El 20 de marzo, Argentina declaró un periodo de cuarenta total, con bloqueos de carreteras y una fuerte presencia policial. Entre las actividades exceptuadas está la industria del vino y los trabajadores involucrados en la cosecha. Si bien los enólogos han podido llegar a sus bodegas, aquellos que trabajan en múltiples regiones han tenido que elegir un solo lugar. Mientras los enólogos se enfrentan a las dificultades de manejar esta cosecha con menos trabajadores y restricciones de viaje, las bodegas están desoladas, en un período que normalmente por turismo es la más concurrida del año. Las áreas de turismo cerraron por completo antes del cierre impuesto por el gobierno, ya que los turistas dejaron de llegar y los vuelos fueron cancelados dentro y fuera de Argentina desde principios de marzo. Algunas bodegas intentaron continuar su actividad focalizándose con los deliveries de vino pero eso no fue posible con la cuarentena. En Chile, el enoturismo ya se había reducido significativamente desde octubre de 2019 como consecuencia de la revuelta social. Desde Febrero comenzó la restricción de los viajes desde los países afectados, sumado a un control exhaustivo en el aeropuerto de Santiago de la temperatura corporal de los pasajeros. Desde el 18 de marzo se estableció un toque de queda y la cuarentena rige solo en ciertas ciudades y en las áreas más pobladas. Por su parte, las regiones agrícolas tienen menos restricciones y los enólogos se consideran trabajadores clave en un sector crítico, capaces de continuar con su trabajo conforme sea necesario. Este año la vendimia se inició relativamente temprano por lo cual muchas de las uvas ya han sido cosechadas. Para algunos profesionales un clima más cálido y una cosecha temprana pueden ser muy desafiantes, pero en el caso de este año tan particular se considera una bendición disfrazada. En la región más al sur aún queda cosecha para levantar. En el caso particular de la Familia Bouchon, esta ha sido una vendimia inolvidable. Si bien las temperaturas más cálidas les permitieron hacer el trabajo de finca normalmente, tuvieron que incorporar toda una serie de medidas para respetar los protocolos vigentes, tales como tomar la temperatura diaria a todos los trabajadores, y mantener los diferentes equipos y las áreas de producción alejadas unas de otras. Para Uruguay, con una población reducida, fue fácil contener el brote de la pandemia conociendo el origen del contagio. El sector vitivinícola afortunadamente ha finalizado gran parte de su cosecha, incluyendo aun aquellas variedades con mayor periodo de maduracion, como la uva Tannat cosechada el mes pasado. Para el enólogo de Familia Deicas la experiencia ha sido bastante normal ya que han tenido suficiente personal para trabajar en la bodega, han podido pagar a los trabajadores de las fincas, mientras su personal administrativo opera desde sus hogares.
Comparado con los demás países de Sudamérica que han logrado contener la curva de contagio del Covid-19 y establecieron restricciones en periodos tempranos, el caso de Brasil es totalmente diferente. Mientras el presidente Bolsonaro optó por una política de que los ciudadanos siguieran con su vida normal catalogando al virus como un mero resfriado, la misma población decidió tomar sus propias medidas de precaución. Afortunadamente, la cosecha ya ha terminado en las principales zonas vitivinícolas del sur del país y las bodegas por decisión propia han cerrado sus establecimientos al turismo.
Estados Unidos
LM Archer analiza las estrategias de bodegas y las empresas vitivinícolas en la costa oeste de los EEUU, país que está bajo un bloqueo y restricciones cada vez mayores.
California: girar en el lugar está demostrando ser el nuevo eslogan para los bares, restaurantes y bodegas de la costa oeste de EEUU afectados por las restricciones de cierre del COVID-19.
Silicon Valley Bank proporciona algunas estadísticas desgarradoras sobre el estado actual de sus clientes en el sector del vino. De las 475 bodegas con las que trabajan, un 90% tuvieron despidos de personal en el área de degustación, el cual es contratado por hora. Otros han hecho recortes a partir de la primera semana después de que se ordenó el cierre de las salas de degustación. Probablemente, el 30% ha despedido a una parte de su personal asalariado.
El personal de estas áreas que aún trabajan, ha sido reasignado para entregar cajas de vino a hogares, realizar ventas por teléfono y/o tareas de producción en las bodegas. Una bodega promedio tiene alrededor del 30% de sus ventas a través de las salas de degustación y el 20% a través de restaurantes. Las ventas por teléfono han dado un pequeño impulso a quienes las han emprendido, pero en ventas anuales representarían menos del 2% para la bodega individual. En conjunto, las bodegas han perdido entre 40% y 60% de las ventas totales, pero depende de cada bodega.
Para algunos expertos, lo positivo de esta crisis es que requiere que la mayoría de las bodegas reevalúen su intercambio de valor y la relación con sus clientes, por lo cual toda esta industria deberá construir prácticas comerciales modernas, más saludables y más sostenibles que perdurarán después de la pandemia.
"Cuando revisamos los datos, nos sorprendió la cantidad de alcohol que había aumentado", dice Keith Nothacker, presidente de la compañía de alcoholímetros portátiles del área de la Bahía BACtrack.com.
Por el lado de los bebedores se ha registrado un aumento en el consumo en el hogar. Normalmente, los domingos, lunes y martes eran días de bajo consumo, pero ese patrón se ha modificado.
Respecto a la participación del comercio online, este sigue dominando el origen de las ventas con un 71% de las ventas totales de bebidas alcohólicas ".
Washington: para los bares y restaurantes del área de Seattle, el negocio ha dado un giro inesperado. Algunos tuvieron que suspender operaciones, otros han agregado servicios como consultas telefónicas, selección de vinos personalizadas y deliveries, y donación de cajas de alimentos para familias necesitadas.
Dado que en Washington las degustaciones en personas no están permitidas, varias bodegas se han vuelto creativas en las redes sociales, interactuando con los clientes de una manera nueva al ofrecer videos en vivo, degustaciones virtuales y happy hours en línea.
Oregón: todo el sistema de ventas se ha visto profundamente afectado, ya sea por el cierre de locales como de los restaurantes. La adaptación a un nuevo contexto depende de cada bodega. Algunas han comenzado a usar Zoom para conectarse con sus clientes. Otras han tenido que adaptarse en un día para incluir las ventas de vino online. Y varias se mantienen firmes en proteger a sus productores y empleados.
De frente a las dificultades que atraviesan, varios referentes del sector son optimistas en que podrán atravesar los desafíos del COVID-19 y que la industria logrará mantenerse de pie gracias a la misma belleza del vino que los une.
Para mayor información consulte el artículo completo (escrito en inglés) con las distintas regiones del mundo, haciendo click aquí.