Nuevos datos
El turismo del vino crece en la Argentina
21 noviembre, 2019
Presentamos la actualización de datos del Observatorio de Enoturismo. Cómo han avanzado las visitas a las bodegas y cuáles son las zonas con mayor desarrollo.
Dentro del Plan Estratégico Argentina Vitivinícola 2020 (PEVI), se estableció como uno de los ejes estratégicos, el posicionamiento del “Vino Argentino” en los mercados internacionales y el reimpulso del consumo de vino en el mercado interno. Para ayudar a alcanzar dichos objetivos, la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) creó la Asociación Ad Hoc de Enoturismo (AAH), que tiene por objeto definir, priorizar, ejecutar y articular programas, proyectos y acciones, que contribuyan al desarrollo y promoción del turismo del vino en Argentina.
Desde el año 2016, la AAH viene trabajando en forma conjunta con diferentes organismos e instituciones, destacando la importancia que tiene el enoturismo para el posicionamiento de la Argentina como uno de los productores más importantes del Cono Sur, así como el impacto en la economía de las regiones, a través de la diversificación de la oferta turística y la generación de empleo.
Las nuevas inversiones y actividades de promoción que desarrollaron las bodegas a partir de la década del ’90, permitieron desarrollar bodegas preparadas para la atención de visitantes: salas aptas para realizar degustaciones, recorridos en los viñedos, eventos, museos del vino, restaurantes, alojamiento y espacios de arte.
Las bodegas más tradicionales y de valor patrimonial e histórico, supieron adaptar sus espacios para atender esta creciente demanda turística.
En la última década, entre el año 2009 y 2019, la oferta del enoturismo creció de forma tal que los servicios ofrecidos en las bodegas se empezaron a complementar con otros servicios de la región, nace el concepto de ruta del vino y de enodestino.
Por su parte se comienza a trabajar en directrices de calidad para bodegas y en políticas de desarrollo y promoción del producto enoturismo.
Según datos del Observatorio de Turismo del Vino de Bodegas de Argentina, en 2013 existían en la Argentina 200 bodegas con apertura turística, de las cuales el 62% se encontraban en Mendoza. Respecto a los visitantes a bodegas en la Argentina, en el mismo informe se menciona que hubo 1.445.754 visitas a bodegas en el año 2013.
Según estos datos, el Turismo del Vino ha crecido en forma constante desde el año 2004 al año 2013 y las provincias que alcanzaron mayor desarrollo fueron principalmente Mendoza y Salta.
Nuevos datos, mayor crecimiento
La medición de datos fue retomada en 2017, cuando se empezó a implementar el Plan Operativo de Turismo del Vino: “Argentina Tierra de Vinos”. Según resultados preliminares del Observatorio de Enoturismo (datos solo de uso interno), la cantidad de enoturistas durante 2017 fue de 1.647.081. El 74% responde a visitantes de la región Centro-Oeste (Mendoza, San Juan y Neuquén), el 17% a las provincias del Norte (Jujuy, Salta, Tucumán, La Rioja y Catamarca) y el 9% a las provincias de las nueva región vitivinícola (Buenos Aires, Entre Ríos, Córdoba, Río Negro y Chubut).
Existe un total de 245 bodegas abiertas al turismo, de las cuales 165 se encuentran en la región centro-oeste, 44 en la región noroeste y 36 en la nueva región. Mendoza cuenta con 145 bodegas con apertura turística.
Si tenemos en cuenta el origen de los entouristas nacionales, el 39% es de Buenos Aires, seguido de Córdoba (18%) y CABA (15%). En el ranking internacional, Brasil representa el 30,89%, seguido de EEUU y Cánada 27,44%; Francia 7,13%, y el resto de América 6% y resto de Europa 5,83%, resto del mundo 5,18% y Chile 5,05%.
En cuanto a los servicios ofrecidos por las bodegas con apertura turística, se puede observar:
Visita a bodegas 95%, Visita a Viñedos 74%, Wine Shop 72%, Eventos externos 63%, Gastronomía 46%, Wine Bar 33%, Cosecha 34%, Poda 53%, Sala de Arte 21%, Museo 16%, Auditorio 12% y Alojamiento 15%.
El turismo genera empleo
En cuanto al empleo, el enoturismo en la Argentina representa 872 puestos permanentes y 351 empleos transitorios, de los cuales 78% es representado por mujeres en el staff permanente. El 54% del total lo representan mujeres responsables del área, mientras que el 39% del total son profesionales; 50% son empleados locales y el 14% posee menos de 25 años, mientras que el 11% del total de empleados de la bodega pertenecen al área de turismo.
En cuanto a indicadores económicos (estimados en dólares) se estima que el gasto promedio del turista en la bodega es de $30 por día. Gasto promedio en alojamiento $89,31. El Porcentaje de ingreso por turismo al establecimiento es del 26%. Mientras que el promedio de vinos vendidos por el área de turismo es del 25%. Se realizaron inversiones por USD 6.245.832 y el 85% de lo invertido fue con capital propio de la bodega.
Mayor desarrollo
Según los datos presentados, el enoturismo en la Argentina ofrece grandes oportunidades para el desarrollo, se espera que la demanda turística siga creciendo, sobre todo en lo que respecta a países como Brasil, Estados Unidos, Canadá y el turismo nacional.
En cuento los factores económicos, el desplazamiento de turistas hace que la economía se dinamice y se distribuya la riqueza desde los centros más poblados a las provincias vitivinícolas.
Por su parte, el turismo internacional inyecta moneda extranjera a la economía nacional, ayudando a la balanza de pagos.
Como se puede observar, la empleabilidad del sector es alta, así como las inversiones directas del sector, de las cuales la mayoría proviene de capitales de las propias bodegas, lo que hace que se diversifique la oferta turística de las regiones y derrame en otros sectores de la economía, produciendo un efecto multiplicador de la economía.
A su vez, tanto el desplazamiento del turista nacional como internacional a las regiones vitivinícolas, motivados por la experiencia agradable de conocer, probar, aprender, degustar, interactuar con la comunidad local y con su cultura, permite un posicionamiento sin igual del producto vino y gastronomía, asociado a otros productos turísticos.
Se espera que el turismo del vino siga posicionándose en los destinos desarrollados como Mendoza y Salta, pero también que otros destinos emergentes sumen bodegas, alojamientos, restaurantes, agencias de viajes y otros servicios relacionados.