Análisis
¿Pueden la uva y el vino encontrar su Precio Justo?
25 abril, 2014
De qué manera afecta a la industria vitivinícola la distorsión de los precios relativos y cómo formaron sus valores la uva y el vino en las últimas tres temporadas. Qué pasa con los precios en esta cosecha 2014.
Este artículo no pretende retomar el debate que Alberto Magno y Tomás de Aquino intentaron iniciar y que 800 años después vuelve a aparecer en las palabras del secretario de Comercio, Augusto Costa, el del "Precio Justo".
No obstante, la distorsión de precios relativos, el poder de mercado y las decisiones individuales inciden en el proceso normal de formación de precio (oferta y demanda), afectando directamente a la distribución de ingresos de la cadena.
En este informe intentaremos repasar las condiciones de precios a lo largo de la cadena en los últimos tres años, y las interacciones entre los distintos eslabones, teniendo en cuenta las distorsiones existentes.
La pregunta a la que intentaremos responder, es por qué el precio de las uvas en esta cosecha 2014 parece no responder a las condiciones de mercado, cayendo en términos reales, en un año con muy bajo pronóstico de cosecha. Para ello, buscamos la respuesta en el comportamiento de estos precios en los últimos años, y en el proceso de formación de precios a lo largo de la cadena (la búsqueda del Precio Justo).
En lo individual, el objetivo del Precio Justo es ser rentable: cubrir los costos operativos, realizar inversiones necesarias para producir más o incorporar tecnología que permita ser más eficientes y/o disminuir riesgos de la actividad.
A nivel cadena, satisfacer la suma de los intereses individuales es más complicado. Se produce una puja distributiva, en la que tanto las bodegas fraccionadoras, elaboradores, productores de uva, proveedores de insumos, servicios y entidades bancarias, intentan rentabilizar sus operaciones.
El Precio de la uva
Existen diversos reclamos respecto del atraso del precio de la uva, en especial de las últimas tres temporadas.
Para ello debemos remontarnos al año 2010, cuando el precio tuvo un salto fenomenal, marcado por una baja cosecha de uvas de alta calidad enológica, falta de stocks y una demanda sostenida. En ese entonces los industriales tuvieron que pagar un piso muy elevado, situación que se revertiría en 2012 y 2013 instalando un techo a su favor.
Para uvas de alta calidad enológica como el Malbec, se registraron aumentos en el precio de más del 60% en el año 2010, luego aumentó un 26-28% en el 2011, disminuyendo en los años 2012 y 2013. Para esta temporada 2014 se observan leves aumentos de precios de entre un 3% y un 11% por encima del año anterior, dependiendo de la zona y el grado.
Si comparamos la variación de precios del producto final botella para todos los canales del mercado interno, con la variación del precio de la uva, se observa un aumento superior de estas últimas, en los años 2010 y 2011, revirtiéndose la situación en 2012 y 2013. El objetivo de la comparación es el de poder verificar si el aumento en la materia prima impacta en la formación de precios del bien final y viceversa. Claramente, no es la variable explicativa principal, encontrándose en ventaja o desventaja según el año en cuestión. Para el año 2014, de continuar un amento del 20% en el bien final, la brecha con el precio de la uva se acentuaría aún más.
Para uvas como la Criolla grande y Cereza se observan también subas del 40% en 2010 y (con la excepción del 2011) los precios tuvieron aumentos del 30% en 2012 y 2013. Los precios que refleja la Bolsa de Comercio de Mendoza para marzo 2014 son de $ 2,08-2,13 por kilo. Ello refleja los precios fijados por el Gobierno de Mendoza por el operativo Mosto de $ 2,20 por kilo, que posee un cupo de quintales por productor. El precio de mercado se estima en un valor inferior a dicho monto dependiendo el destino de la producción.
Respecto de la variación de precios del producto final tetra para todos los canales de comercialización, se observa un aumento mayor en el precio del vino en los años 2010 y 2011, mejorando la situación para la uva en 2012 y 2013. Esto quiere decir que el precio del vino en tetra ha tenido una fuerte suba en 2010 del 61,8% (superior al incremento en el precio de la uva que fue del 40,9%), brecha que luego se va a ir achicando con el precio de la uva en los años siguientes.
En el caso de las uvas blancas, para este año, la percepción del sector es que son las variedades con mayores pérdidas en volumen cosechado durante 2014, por lo que se piensa que los aumentos de precios van a ser mayores a los de uvas tintas. Situación que sólo va a ser un consuelo para los productores que han sufrido pérdidas muy importantes.
En resumen, se observa una desaceleración del precio de la uva, en especial de uvas de alta calidad enológica, respecto del precio del bien final. Los aumentos para este año serán leves, a pesar de los bajos pronósticos de cosecha. En el caso de las uvas blancas, de mayores pérdidas en el volumen cosechado, los aumentos de precios van a ser mayores.
El Precio del vino
Hay productores que apuestan fuertemente al aumento del precio de vino de traslado en los meses siguientes.
En los dos primeros meses del 2014, el precio del vino no reflejó los aumentos de precios pretendidos por los elaboradores.
La explicación de este fenómeno posiblemente tiene que ver con la cautela de los industriales sobre un posible aumento de la demanda del vino embotellado, el aumento de la tasa de interés y el aumento de precios de los insumos y servicios.
Por el lado de la demanda del bien final en el mercado interno se observa una leve desaceleración de la actividad, lo que dificulta un mayor crecimiento en volumen. Habrá que ver qué ocurre con los aumentos de precios entre el tetra y la cerveza. La situación ideal es que aumenten los precios para rentabilizar pero siguiendo de cerca los incrementos, para no superar a los sustitutos.
En el mercado externo la suba de tipo de cambio real se ve diluida por el ancla del tipo de cambio nominal y el aumento sostenido de precios de los insumos y servicios. Si bien se piensa recuperar los valores exportados de granel y segmentos bajos, el tipo de cambio real no va a ayudar demasiado, ya que podría descender a los mismos valores a mitad de año. Aunque, esta suba, sí permitirá rentabilizar las exportaciones del primer semestre.
Por otro lado, el aumento de la tasa de interés de febrero encarece el costo de inmovilizar capital, lo que produce mayor cautela en las decisiones de: comprar ahora o cuando disminuyan los stocks. En febrero la suba de tasas activas fue de 8 puntos, luego de la devaluación de enero.
En cuanto a las existencias al 1° de marzo de 2014, los vinos genéricos mostraban un crecimiento del 8% por encima de 2013 tanto para blancos como para los de color. En cuanto a los varietales blancos hay una disminución del 9%, y los varietales de color mostraron un aumento del 6% respecto al año anterior. Un leve aumento de las existencias a la fecha demora el reflejo de aumento de precios en los vinos de traslado.
De todos los eslabones de la cadena, los únicos que llevan la delantera en el aumento de precios son los proveedores de insumos. Es el caso de las cristalerías, mercado oligopólico formado por sólo dos proveedores, llevan en lo que va del año dos aumentos de precios (acumulado entre un 10-15%), según fuentes calificadas. Para los proveedores de cartón para embalajes, mercado similar pero con un mayor número de actores, el principal proveedor lleva alrededor de un 25% de aumento. Situación que fue motivo de reclamo del sector a la Secretaria de Comercio, que finalmente decidió dividir el aumento en dos tramos por el mismo total (lo cual produce un precio unitario actual aún mayor).
En resumen, el precio del vino no muestra recuperación en los primeros meses del año. Sin embargo, los productores apuestan una fuerte suba y así recuperar los bajos precios recibidos por la uva.
Conclusiones
En conclusión, se observa una desaceleración de los precios de la uva (en especial en las uvas finas) respecto de la evolución de precios del bien final, situación que se acentuará este año a pesar del bajo pronóstico de cosecha. Un aumento del precio del vino que no llega, explicado por la cautela sobre el aumento de la demanda de vino embotellado, un leve aumento de las existencias a marzo, el aumento de la tasa de interés y un fenomenal aumento de los precios de los insumos.
En definitiva, una serie de elementos que forman parte de una puja distributiva, en la que cada integrante de la cadena intenta rentabilizar su operación.