Con la vendimia 2016 avanzada, la industria vitivinícola de Nueva Zelanda acaba de publicar los datos de sus exportaciones 2015, los cuales afirman otro período de fuerte crecimiento en sus envíos al exterior. Según el informe del segundo trimestre que publica Rabobank International, se espera que esta vendimia sea mayor que la del 2015. Situación que será muy bienvenida por la industria neozelandesa que está deseosa de capitalizar la creciente demanda global que existe sobre sus vinos. Pero a medida que se desarrolla este notable crecimiento, surgen preguntas en cuanto a cómo la demanda de vinos de Nueva Zelanda podría estar cambiando en el mercado actual, quién está en mejores condiciones para satisfacer esas demandas y cómo es probable que evolucione la industria. En un negocio que ha madurado considerablemente en los últimos diez años, lo que se ha tornado evidente es que la creciente ola de exportaciones no beneficiará a todos de igual manera. A pesar de esto los vinos de Nueva Zelanda se mantienen bien posicionados para tomar ventaja de las tendencias de consumo. Cresta de la ola en las tendencias mundiales El posicionamiento de sus vinos con estilo de zonas frías y de alta calidad siguen siendo, en gran medida, las ventajas a favor de los vinos de Nueva Zelanda en los principales mercados. Desde hace algún tiempo, los vinos de Nueva Zelanda se han convertido en la prueba de que los consumidores de todo el Reino Unido, Europa continental y Australia, como también en EEUU y Canadá están dispuestos a pagar más por vinos más expresivos y más ligeros de cuerpo. Y hay poca evidencia de que esta tendencia vaya a revertirse en el corto plazo. De hecho, el creciente papel que las mujeres y las generaciones más jóvenes juegan a la hora de las decisiones de compra sólo hace pensar que esta tendencia se acentuará aún más. Al mismo tiempo, a pesar de su popularidad, la industria del vino de Nueva Zelanda tiene un alto grado de exposición al concentrar en una variedad de una región gran parte de su comercio. Este riesgo es real, y abundan ejemplos de productos que terminaron siendo estrellas fugaces en el mercado mundial del vino en los últimos años. Pero, contrariamente a la opinión de los aficionados, que podrían menospreciar el estilo 'simplista' de los Sauvignon Blancs de Marlborough, son muchos más todavía los que se sienten atraídos por su estilo refrescante. Inevitablemente, la demanda podría tender a amesetarse e incluso disminuir en algunos mercados, como ya lo estamos viendo actualmente en Australia, donde la penetración se está acercando a niveles de maduración y la demanda es cada vez más sensible a los precios. En otros lugares, sin embargo, todavía queda un amplio margen de crecimiento y hay una gran demanda, ya que este punto de inflexión parece todavía estar a cierta distancia. Sin embargo, según Rabobank, para muchos en la industria, esta aparente alza se está convirtiendo cada vez más en una concentración en manos de los productores de vino más grandes del país. El mercado más atractivo para Nueva Zelanda en los últimos 5 años, resulta ser uno con considerable posibilidad de crecimiento. Con un crecimiento en volumen del 12% en el 2015, el mercado de Estados Unidos terminó desplazando al Reino Unido como primer importador de vinos de Nueva Zelanda (ver gráfico 1). Lo que estas cifras no revelan, sin embargo, es cuales son las empresas y marcas que han estado actuando como la fuerza impulsora detrás de este crecimiento. Grafico 1 Q2 No es ningún secreto que la distribución es la clave para el éxito en el mercado de EEUU, y los productores de vino de Nueva Zelanda están demostrando no ser una excepción a esa regla. La concentración dentro de los canales de distribución ha dejado poco lugar en las listas de distribuidores para la multitud de marcas que desean hacer fortuna en el mercado de Estados Unidos. Incluso algunas de las compañías de vino independientes más grandes de Nueva Zelanda están luchando para encontrar un espacio de distribución eficaz, con el fin de mantener el mismo ritmo que las marcas propiedad de las grandes compañías con sede en EEUU (ver Gráfico 2). Algunas de ellas están totalmente integradas hasta la producción en Nueva Zelanda, mientras que otros, como Starborough de E & J Gallo se abastecen de varios proveedores locales. Grafico 2 traducido Q2 A medida que los vinos de Nueva Zelanda avanzan en la comercialización off trade, se hace cada vez más necesaria la escala suficiente para acceder a los canales de distribución y a una mayor eficiencia. La importancia de esta escala repercute en la cadena de abastecimiento de la bodega. Por ejemplo, al estar aumentando los precios de la materia prima, se han visto beneficiados principalmente los que cuentan con fincas propias. ¿Adónde crecer? El Sauvignon Blanc no sólo es el favorito de los consumidores, lo es igualmente para las compañías de vino que lo producen en Marlborough. Una temporada típica en esta región promete rendimientos generosos de una uva de alta calidad, que se procesa eficientemente mediante un sistema simple, permitiendo a las bodegas recuperar el capital invertido en muy escaso tiempo, ya que las existencias se colocan en los mercados en apenas los meses siguientes a su elaboración. Pero esto también significa que disminuir la exposición de la industria a una sola variedad en una sola región continuará siendo un reto, ya que la mayoría de las otras variedades y regiones tienen dificultades para competir por el capital. Lo que se ha hecho evidente es que, entre la exigencia de escala por el lado de la demanda (distribuidores), y las presiones para asegurarse la materia prima por el lado de la oferta, las empresas medianas - pequeñas están en serias dificultades para sobrevivir. El estudio de benchmarking financiero anual llevado a cabo por la consultora Deloitte, muestra marcas certeras de lo anteriormente dicho al evidenciar cómo las grandes compañías están alcanzando una mayor rentabilidad. (ver gráfico 3). Un dólar más bajo de Nueva Zelanda es, sin duda, una ayuda a los productores más pequeños para recuperar algo de la pérdida de rentabilidad, pero también es inevitable un proceso de concentración de la industria. Este proceso probablemente se acelerará en los próximos años, con fusiones y adquisiciones que buscan emplear de manera más rentable los activos de las empresas independientes más pequeñas que luchan por competir y crecer. Existen inversiones en otras variedades y regiones de Nueva Zelanda. Las bodegas de Marlborough están comenzando a tener éxito con variedades como el pinot noir y el pinot gris, y están comprendiendo el valor de diversificar la inversión, aunque por el momento los retornos no sean comparables con el del sauvignon blanc. Grafico 3 traducido Q2 Formación de la oferta de vinos Premium de Nueva Zelanda Hasta el momento la vendimia 2016 en Nueva Zelanda parece que proveerá volúmenes apenas suficientes (es decir, ni tan pequeños como para ajustar de más las existencias, ni tan grande como para generar excedentes). El mantenimiento de existencias dentro de un rango manejable es un desafío permanente para los productores de vino en todo el mundo y sin duda es uno de los mayores desafíos que sigue planteando la industria del vino de Nueva Zelanda. El potencial de una gran variación en las vendimias en términos de cantidad y calidad es considerable, debido al clima frío de Nueva Zelanda. Esto añade un grado adicional de riesgo ya que sólo dos cosechas sucesivas grandes pueden tener consecuencias de largo alcance para la rentabilidad de la industria. Esto se acentúa en el caso del Sauvignon Blanc de Marlborough , que por lo general tiene que ser comercializado entre los 12 a 18 meses a partir de la cosecha, creando una enorme presión para liquidar stocks cuando las cosechas son grandes. No se puede subestimar la importancia del manejo de la oferta en productos Premium, y en el caso del vino de Nueva Zelanda, el posicionamiento Premium es esencial para la sostenibilidad de su modelo de negocios. Si bien el riesgo es en la actualidad menor que en un pasado no muy distante, cuando entraban en producción nuevas plantaciones, aún existe esta amenaza sobre la percepción del vino neocelandés como “Premium”, la cual es en la actualidad la envidia de elaboradores de vino del mundo entero.