El Fondo Vitivinícola difundió un informe enfocado en el comportamiento de los espumantes en el mercado interno de Argentina. Aquí lo replicamos: Son refrescantes, livianos y representan momentos de reunión, alegría y placer. Los vinos con burbujas en su versión frizante y espumante atraviesan los dos polos de la pirámide social. ¿Cuál es el secreto de su éxito? Como en muchas otras categorías de productos masivos, el vino busca afianzarse en la compra hogareña y darle sustentabilidad al negocio. Para ello, uno de los públicos objetivo es el de jóvenes y adulto joven. Es claro que ese target generacional -entre 18 años y puede extenderse a los 35, con los adultos jóvenes- es el escenario de mayor disputa entre las bebidas alcohólicas. El estudio "Perfil de los consumidores de vinos y bebidas sustitutas", encargado por el Fondo Vitivinícola a la consultora Knack, demuestra que "8 de cada 10 argentinos mayores de 18 años consume habitualmente bebidas con alcohol". Vale aclarar que desde que se inicia el consumo de bebidas alcohólicas, y a lo largo de la vida, las preferencias cambian de sentido. En el caso del vino, particular, el estudio mencionado indica que su elección se consolida en la juventud "con una experimentación más acotada y con mayor control". No obstante, es entre los adultos donde el vino se afianza en la búsqueda de placer y calidad, con parámetros de consumo que responden a un mayor poder adquisitivo. La investigación sobre "Perfil de consumidores..." confirma que "el consumo de vinos aumenta en los rangos etarios más grandes, principalmente a partir de los 50 años". En el siguiente gráfico, con datos obtenidos de la consultora Kantar World Panel, reafirma esta idea: Grafico 1 Aquí puede verse la importancia de los segmentos de entre 50 y 64 y más de 65 años en la compra de vinos. De este dato surgen dos claras lecturas: 1. El vino se consolida entre los adultos como parte del "ciclo de vida" de la bebida. Llega como producto placentero, que se disfruta y se valora. 2. Ingresar a hogares más jóvenes se transforma en un gran desafío para el vino. Si revisamos nuevamente el gráfico aparece una clave para prestar atención. Los frizantes logran ingresar a hogares más jóvenes: en los hogares donde la edad de la ama de casa es menor a 35 años esta preferencia se acentúa y se consolida en el grupo de 35 a 49 años. ¿Qué tienen para destacar los frizantes? - Son vinos de menor graduación alcohólica; - Están en línea con paladares habituados a las bebidas dulces; - En las góndolas hay una interesante variedad de precios y esto permite que el producto se adapte a diferentes bolsillos. Hay que decir que los frizantes aún representan una porción pequeña en el mercado pero constituyen una interesante referencia en las preferencias de los consumidores. En la siguiente tabla se observa cómo se distribuye la compra de vino por nivel socioeconómico (NSE) y vale destacar que 4 de cada 10 espumantes se compran en el NSE Bajo inferior muy posiblemente por la posibilidad de ofrecer una buena ecuación precio-calidad en un producto claramente aspiracional. Del mismo modo, se advierte que prácticamente la misma proporción de espumantes (37%) se compra en el NSE Alto y medio.   [caption id="attachment_4235" align="aligncenter" width="440"]grafico 2 Fuente: Panel de 3.500 hogares en Argentina, todos los NSE, todas las regiones. Kantar World Panel Argentina para Fondo Vitivinícola.[/caption]