A nivel mundial, cada vez más bares, restaurantes, bodegas, eventos deportivos y shows musicales están pasando del servicio de vino embotellado al vino en sistemas de grifos. Y sus argumentos son claros, van desde un servicio más rápido y de un mejor producto hasta la reducción de costos.



Como muestra el gráfico de un estudio realizado por Nielsen, en Estados Unidos el crecimiento del vino fraccionado en envases de acero inoxidable para el servicio de vino por copa fue de 37% con respecto al año anterior, representando 330 millones de dólares.

¿Cómo funciona el servicio por vino por copa?

El vino de barril funciona de la misma manera que la cerveza de barril. Con el tirón de la manija de un grifo, la presión del gas hace que el líquido (en este caso, el vino), salga de la válvula del barril, a través de un tubo apto para alimentos, hasta el grifo. A partir de ahí, se dispensa en una copa. En la Resolución del Instituto Nacional de Vitivinicultura es autorizado el uso exclusivo de nitrógeno, argón o mezcla de nitrógeno y argón, como gas de servicio.

¿Qué beneficios tiene?

Con las botellas de vino, un cierto porcentaje del vino se desperdicia por oxidación o contaminación del corcho. Esos dos problemas son evitados con el vino de barril.

Reducción en los costos. Para un barril de 50 litros se ahorran los insumos secos (botellas, etiquetas, cápsulas, tapones, caja y separador) equivalentes a 66,67 botellas, por lo que el ahorro total alcanza unos $1.288 por barril.

El servicio tradicional de vino es un ritual que consume bastante tiempo. Quien provee el servicio debe seleccionar la botella, presentarla a la mesa, cortar el papel de aluminio, tirar del corcho, ofrecer una muestra y, finalmente, servir la copa. El vino por copa aumenta la eficiencia.

Los proyectos de sistemas ayudan a garantizar la integridad del vino de dos maneras. Primero, los barriles están hechos de acero inoxidable y contienen un mayor volumen de vino que las botellas de vidrio, lo que los hace mucho más resistentes a las fluctuaciones de temperatura durante el transporte. En segundo lugar, a diferencia de las botellas de vino, que se deterioran en uno o dos días después de la apertura debido a los efectos del oxígeno, los gases inertes de un sistema de tiro desplazan el oxígeno y evitan que entre en contacto con el vino y lo estropee. Con el vino de barril, no existe la preocupación de tener que tomar una botella completa para que no se estropee el vino, se puede estar seguro de que el último vaso en el barril tendrá el mismo sabor que el primero.

La compra de vino en barriles de acero inoxidable reutilizables disminuye los residuos generados por los envases comerciales, reduciendo la huella de carbono general del establecimiento.

Es perfecto para obtener muestras. Los clientes de bares, restaurantes esperan nuevas opciones. Anhelan experiencias y están constantemente en la búsqueda de algo nuevo y emocionante. Estos envases son perfectos para salas de degustación o para vender el vino con la ayuda de una muestra.

¿Qué inconvenientes puede tener?

Al igual que lo que sucede con la cerveza, si las líneas de grifo no están limpias, la temperatura no es la correcta o si la presión es inapropiada, el vino tendrá un sabor que no es el esperado. Es por esto que el servicio debe brindarse de manera correcta, entendiendo la necesidad de limpiar las líneas de manera periódica, de realizar una inversión inicial de los equipos necesarios como lo es el sistema de refrigeración que permita el funcionamiento ideal y entendiendo el daño que se hace al brindar un mal servicio, ya que el consumidor va a tener una mala percepción del vino y del tipo de servicio.

El mayor desafío es la inversión inicial del equipo. Una solución que encontraron en EEUU fue el alquiler o el leasing. Otr inconveniente importante es el espacio que ocupan los tanques.