La bacteria Xylella fastidiosa es altamente polífaga, ya que cuenta con más de 300 plantas huésped diferentes entre las que se aparecen la vid, el olivo y los cítricos. Este informe está enfocado en el cultivo de la vid.

En el Valle de Santa Ana, EEUU, se produjo en 1889 la muerte masiva de todos los viñedos de esa región. Años más tarde se supo que la causa era la enfermedad de Pierce, provocada por Xylella fastidiosa. En Europa, la primera aparición se detectó recién en el 2013 en olivos, en el sureste de Italia, donde causó la muerte de miles de plantas. Más tarde, en 2016, las Islas Baleares confirmaron la presencia de Xylella fastidiosa en vid en Mallorca. Las vides injertadas que experimentaron este ataque fueron el primer caso reconocido en vides europeas para producción de vino. Recientemente, en junio de este año fue detectada en la Comunidad Valenciana.

Es una bacteria Gram-negativa que una vez que ingresa en la planta se desarrolla en la parte ascendente del tejido vascular conocido como xilema. Su nombre genérico hace referencia a su localización en la madera o tejidos vasculares de la planta, mientras que el epíteto de especie fastidiosa hace alusión a su crecimiento difícil o “fastidioso” en un medio de cultivo en laboratorio. Se han descripto y clasificado al menos cinco subespecies que son infecciosas para una o varias especies de plantas y, en algunos casos, habitan la planta sin causar síntomas.

Cómo se propaga

Esta bacteria puede ser transmitida por insectos en donde la especificidad entre ambos suele ser muy baja, por lo que prácticamente cualquier especie de cicadélidos o cercópidos que son hemípteros chupadores del xilema pueden ser vectores  potenciales de la bacteria. Los insectos, sin embargo, sólo actúan como dispersores eficientes a corta distancia. También la bacteria puede ser transmitida a través de injertos o portainjertos infectados, tijeras para podar o por propagación de esquejes que contengan la bacteria. Sin embrago, hoy el principal riesgo de entrada de la bacteria en otros continentes es a través del comercio y transporte  de material vegetal infectado.

Una vez que Xyllela fastidiosa invade una planta de vid obstruye los tejidos vasculares que transportan el agua y los nutrientes desencadenando los  síntomas que varían de unos hospedadores a otros. En algunos se corresponden con los síntomas típicos de estrés hídrico: marchitez o decaimiento generalizado y, en casos más agudos, la seca de hojas y ramas, y finalmente la muerte de toda la planta. En otros casos, los síntomas se corresponden más a  los provocados por ciertas deficiencias de minerales, como clorosis internerval o moteado en hojas.

Otra dificultad de esta enfermedad es su difícil detección a campo debido a una sintomatología que se puede confundir con otras patologías y a la complejidad de las pruebas que se deben realizar para poder detectarla. En marzo de este año, la empresa europea Agdia-Biofords ha comercializado con el nombre de AmplifyRP® XRT+, el kit de análisis que detecta rápido y fácilmente el ADN de Xylella fastidiosa en menos de 30 minutos y puede ser utilizado directamente en los sitios de producción.

Cómo están actuando los países para combatirla          

En EEUU desde el brote en Temecula, Riverside en 1999 se lanzaron varios programas para evitar la propagación de esta enfermedad. Entre estos se estableció el programa de becas de investigación del Departamento de Viticultura y Enología de la Universidad de California en Davis, donde comenzaron a buscar diferentes especies resistentes a la bacteria y a través de cruzamientos de estas con V. vinífera han logrado desarrollar variedades altamente resistentes que están en la fase de validación. Se estima que aún faltan unos 5 años para que estas variedades estén disponibles para los productores.

En la actualidad también se está trabajando en el estudio de los insectos vectores para poder capacitar a los productores acerca de qué especies de vectores deben controlar, cómo identificarlos y cómo controlarlos mejor.

Por otro lado, en el Viejo Continente el Gobierno Andaluz no baja la guardia en su lucha contra Xylella fastidiosa y ha organizado recientemente en Córdoba una jornada dirigida a técnicos del sector agrícola en la que se han expuesto las distintas herramientas y acciones que lleva a cabo la Administración regional para hacer frente a los peligros de este patógeno. Estas actividades de formación y divulgación se enmarcan dentro del plan de medidas que el gobierno autonómico lleva a cabo desde 2015 para luchar contra este patógeno vegetal a través de la prevención, detección precoz y erradicación en caso de confirmación de su presencia.

Asimismo, en 2016 se lanzó un proyecto llamado “Xylella Fastidiosa: Contención activa a través de una estrategia de investigación multidisciplinaria orientada” que se enmarca en el programa Horizonte 2020 de la Unión Europea el cual tiene como objetivo final desarrollar una estrategia de control integrado de las enfermedades asociadas con Xylella fastidiosa para prevenir su entrada, establecimiento y expansión, al tiempo que se persigue avanzar en el control de su impacto económico, ambiental y social en caso de producirse nuevos brotes en Europa.

En Australia, aunque no está presente la bacteria, en mayo de este año el Departamento de Agricultura y Recursos Hídricos de ese país llevó a cabo un simposio en Brisbane cuyo objetivo fue mejorar los conocimientos sobre prevención y gestión, diseñado para acelerar el conocimiento práctico del personal australiano de bioseguridad a fin de que sean preparados efectivamente para una incursión acerca de esta enfermedad exótica que afecta a diferentes especies de plantas.

Panorama en la Argentina

En la década del ´90 se encontró en almendros Xyelalla fastidiosa subsppaucaen la región de Catamarca y La Rioja y también en cítricos en el NEA, lo que provocó la enfermedad conocida como Clorosis Variegada de los cítricos (CVC). A su vez, tuvo su primera aparición en olivos de la variedad Arauco en nuestro país en el año 2013 en las provincias de Córdoba (Cruz del Eje) y La Rioja (Aimogasta), como resultado del monitoreo llevado a cabo por el SENASA (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) con el respaldo analítico del IPAVE (Instituto de Patología Vegetal-INTA). Mientras que en Mendoza y San Juan no fue encontrada la bacteria y actualmente está presente en Catamarca y Buenos Aires solamente en olivos.

En Mendoza, en marzo del 2016 agentes del SENASA participaron de dos capacitaciones sobre el monitoreo de Xyllella fastidiosa en vid y frutales. Los técnicos desarrollaron un entrenamiento teórico-práctico en el monitoreo de esta plaga, observando la sintomatología, el muestreo a campo y el sistema de vigilancia fitosanitario implementado. Hasta la actualidad las muestras analizadas en vid y frutales han dado negativo a la bacteria según información aportada por María Jose Battaglia, referente en Cuyo.

Desde el SENASA están considerando realizar un análisis a nivel de subespecie ya que en este marco el rango de plantas huésped varía ampliamente. En Argentina las subespecies fastidiosa, multiplex, sandyi y tashke son plagas cuarentenarias ausentes. La subsp fastidiosa es la que afecta vid mientras que multiplex es la que afecta Prunus entre otros. Para la detección de estas dos subespecies se ha implementado un sistema de prevención que es común a todas las plagas cuarentenarias en su componente cuarentenario, con inspecciones en frontera y cuarentena pos-entrada. Dada la importancia que tiene esta bacteria se ha considerado incorporar un sistema de detección precoz a fin de detectar en forma temprana un eventual ingreso de la bacteria y poder realizar un manejo eficiente.