Frecuentemente, los encargados de Comercio Exterior de las bodegas suelen agrupar a los países del Sudeste Asiático en la bolsa de “otros países de Asia” cuando informan sobre sus mercados destinos. Muy a menudo esto es por una buena razón, ya que cada país individualmente no mueve la aguja de las ventas globales de vino. Sin embargo esta situación estaría empezando a cambiar, según se desprende del último informe realizado por la consultora internacional Rabobank. Un escenario complicado La evolución del consumo de vino en el sudeste asiático ha sido considerablemente lenta, sobre todo si se la compara con la evolución de los países del noreste. El bajo grado de afinidad cultural con el producto sigue siendo un gran impedimento y uno que no sólo se limita a la población musulmana. Estas barreras culturales también se ven agravadas por los altos aranceles de importación y los impuestos internos que son extremadamente altos, tanto en las naciones de mayoría musulmana como en los que no. Gráfico 1 Q3 El informe trimestral del sector vitivinícola de Rabobank explica que dado el alto costo del vino y el estado de desarrollo de muchas economías de la región, el desarrollo económico ha sido, naturalmente, una condición previa para el crecimiento del consumo de vino. Ante esto, el rápido crecimiento económico en los últimos años ha posibilitado la expansión hacia la clase media de muchos de los más de 622 millones de habitantes de la región. Este dinamismo económico, sumado al joven perfil demográfico de la región, son los factores que proyectan al Sudeste Asiático como un mercado prometedor. Una apuesta a largo plazo Si se observa la evolución del consumo de vino en los países con mayor poder adquisitivo de la región, en los últimos años se entenderá la perspectiva a largo plazo que se necesita en esta región. Particularmente, Malasia y Singapur, cuyo poder adquisitivo es considerablemente superior al de sus vecinos más cercanos, han observado un crecimiento en el consumo de vino que está lejos de ser “espectacular”, pero que ha seguido una trayectoria ascendente, lenta pero constante. A pesar de que ambos países tienen una gran población de musulmanes moderados, con el tiempo los hábitos de consumo de los mismos se han ido modificando, influenciados por los hábitos occidentales. Gráfico 2 Q3 El turismo: ¿una oportunidad? Rabobank agrega que el hecho es que el resto de las naciones del Sudeste Asiático están lejos de tener el desarrollo económico de Malasia y Singapur. Sus consumidores no tienen los mismos hábitos de consumo y en muchas de ellas se siguen poniendo barreras al comercio, como es el caso de Indonesia, donde el consumo de alcohol está cada vez más regulado. En este y otros países de la región, el consumo de vino dependerá de los “expatriados” que se encuentran por razones de negocio o placer en el lugar. Y esto no es poco si se tiene en cuenta que el sector de turismo en esa región es el que más ha crecido mundialmente en los últimos años. Gráfico 3 Q3 Sin embargo, el informe de Rabobank destaca que al analizar más profundamente esta tendencia surgen varios factores que no apoyan este crecimiento del consumo de vino en la misma medida. En términos de quién está visitando la región, se puede afirmar que el turismo procedente de los países occidentales consumidores de vino está creciendo con fuerza (ha aumentado casi un 40% durante los últimos cinco años) y en la actualidad representa alrededor del 20% de todos los turistas que visitan la región por año. Aunque, por otro lado, no se puede negar que el crecimiento del turismo ha sido impulsado mayoritariamente por visitantes provenientes de otros países del Sudeste Asiático que no son consumidores de vino. Si hablamos de turismo es necesario tener en cuenta también que el Sudeste Asiático no solo es la región que más está creciendo en turismo receptivo sino que también es la región que más crece en “outbound” turismo. De esta manera, señala Rabobank, que no sólo hay una oportunidad de crecimiento en el mercado para los consumidores mientras visitan el sudeste de Asia, sino que también hay una creciente oportunidad de mercado en los viajeros locales cuando van al exterior. Particularmente, señala el informe, que hay una potencial oportunidad en los canales de distribución minorista de “viajes”, tanto ahora como en el futuro. Por último, y hablando de la distribución, Rabobank sostiene (citando un estudio de Nielsen) que en los próximos 10 años tres cuartos de la población de esta región vivirá en ciudades y zonas urbanas de más de 500.000 habitantes, por lo que una estrategia específica centrada en las mayores ciudades y los canales más importantes será esencial para obtener economías de escala. El trabajo además resalta la importancia de Singapur como centro estratégico para hacer frente a los retos logísticos de almacenamiento y distribución de vinos en el Sudeste asiático. Al respecto señala que en 2015 el 60% del vino importado en Singapur fue reexportado, principalmente a países vecinos de la región, pero también a otros como Japón, Hong Kong y Australia. Conclusiones La consultora Rabobank concluye en su informe que mientras las perspectivas del consumo de vino en el Sudeste Asiático son todavía un desafío en el corto plazo, las oportunidades son claras para aquellas compañías con estrategias de comercialización apropiadas. El consumo de vino puede estar creciendo desde una base pequeña, pero tiene un importante potencial. Dicho potencial se verá fortalecido en el largo plazo, gracias a una floreciente clase media joven y más mundana que consume más vino. En un futuro cercano, la falta de voluntad política de cambiar los impuestos al alcohol en general y al vino en particular seguirá siendo un factor limitante. El desarrollo económico en la región se va a mantener como el principal factor de crecimiento en los mercados del Sudeste Asiático. Como todo en esta región, increíblemente diversa y dinámica, las oportunidades no se van a generalizar, y las bodegas van a necesitar ser dinámicas para capitalizarlas.